“Coma
para vivir, y no viva para comer”
Recuerde que la salud no es
negociable. Ella no se puede comprar, vender, regalar, prestar o alquilar, bajo
ningún precio o circunstancia.
Su salud
Depende de usted, y el
conservarla o perderla esta en sus manos.
La
salud y Como mantenerla
El objetivo principal en
este capítulo es conocer no solo la definición de salud, sino lo que cada
individuo debe hacer para conservarla en optimas condiciones.
¿Qué
es la salud?
“salud es el estado de pleno
bienestar corporal, mental y social; y no únicamente la ausencia de
enfermedades y molestias” (Organización Mundial de la Salud).
¿Qué debemos hacer para
mantenerla?
Respirar
correctamente

El oxigeno es un elemento
vital para el cuerpo, y es por ello que todo un sistema está dedicado a
obtener.
Oxigeno de la atmosfera. Si falta
el oxigeno por un corto tiempo, puede producirse daños irreparables en el cerebro,
lo que en pocos minutos puede causar la muerte.
Los tejidos nerviosos; y especialmente
las células del cerebro, son muy sensibles a la falta de oxigeno. De allí la
importancia de respirar aire fresco y puro, de una forma que beneficie al máximo,
tomando una postura correcta, tanto sentado, como de pie.
Dependiendo más del aire que respiramos que de los alimentos
que comemos; por ello el aire debe estar en constante circulación para
mantenerse puro.
Para tener buena sangre
debemos respirar bien, considerando que las respiraciones hondas, y completas
de aire puro, llenan los pulmones de oxigeno, purifica la sangre, le dan buena coloración,
y la impulsan como corriente de vida, por todas las partes del cuerpo. La buena
respiración calma los nervios, estimula el apetito, hace más perfecta la digestión,
y produce sueño sano y reparador.
Conclusión:
espire
correctamente para conservar la salud.
Beber
agua suficiente

Esta comprobado que el agua constituye
el 70% del peso de una persona. Todas las funciones del cuerpo dependen del
agua, por ejemplo: la encontramos en los ojos como una tela de agua, para
mantenerlos húmedos y evitar que se sequen, inflamen y perdamos la visión.
Las glándulas sudoríparas
humedecen nuestra piel, para evitar que se ponga seca, quebrada y arrugada.
El agua se mueve en
distintas direcciones: en un tejido nervioso.
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